miércoles, 29 de diciembre de 2021

Dueño de perro proactivo vs reactivo






Un error común que cometen muchos dueños de perros es esperar hasta que una situación esté fuera de control antes de intentar controlarla. Las señales y los signos no se reconocen ni se ignoran durante demasiado tiempo. Esto puede hacer que situaciones que eran fáciles de resolver y prevenir en el presente se conviertan en grandes problemas de comportamiento en el futuro.



Para mí, ser dueño de un perro humano reactivo es una de las oportunidades que ha perdido en el pasado para controlar con calma y suavidad los posibles problemas. Debido a que el dueño no ha estado marcando el camino y permitiendo que su perro se sienta seguro, el perro comienza a tomar algunas decisiones y acciones con las que nosotros, los humanos, no estaremos totalmente felices. Cuando se ha perdido la oportunidad de corregir esto en el pasado, parece forzar a los humanos a asumir un papel reactivo. Para su perro, esto no exige respeto ni obediencia, porque el humano parece desequilibrado o terriblemente inconsistente en sus reglas y comunicación. Recuerde que la reactividad es algo que parece surgir de la nada sin ninguna razón para el compañero canino.


Ser proactivo se trata más de conocer a su perro y estar preparado. También se trata de no pasar por alto los comportamientos que pueden convertirse en problemas en el futuro. Incluso si son lindos y no tienen problemas ahora, el propietario proactivo encontrará soluciones de capacitación y / o administración para prevenir proactivamente que algo empeore o suceda.


Como en el póquer, ciertos perros tienen "señales" cuando están a punto de reaccionar. Mi perro, Boris, mueve la cola muy rápido si le han dicho que no haga algo, pero aún así tiene la intención de hacerlo. Para cada perro, sus "señales" son diferentes. Algunas personas intentan especializarse en los menores con estrictas reglas de comunicación canina, pero la verdad es que esta comunicación puede variar entre las personalidades individuales de los perros. Se pueden hacer generalidades estadísticas para intentar predecir reacciones futuras, pero recuerde que los perros son individuos. Un perro que se raya a lo largo de la espalda puede ser agresivo, mientras que el de la antera puede ser emocionante al conocer a un viejo amigo.

Puede usar lo que sabe sobre su perro y sus "indicaciones" para guiarlos correctamente por las esquinas. Por ejemplo, si su perro aguza las orejas y trata de mirar fijamente a un perro antes de volverse reactivo, puede usar esto en su programa de entrenamiento para redirigir ese interés a la obediencia y la calma (con el adiestrador de perros profesional adecuado, por supuesto).

El dueño proactivo del perro evita que se produzcan problemas en el futuro. El dueño del perro reactivo coquetea con las peligrosas posibilidades de no estar preparado en el futuro. ¿Cual eres tu?

lunes, 20 de diciembre de 2021

El vinculo entre perro y humano: el apego

 El Grupo de Especialidad de Etología Clínica (GEMCA) de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (Avepa) ha publicado un artículo en el que la veterinaria y experta en etología Paula Pérez Fraga explica qué es el vínculo de apego y su importancia en la relación humano animal.



En primer lugar, la veterinaria etóloga señala que la larga historia de domesticación del perro cerca de los humanos ha propiciado la aparición de una relación única en la que los perros forman grupos sociales con las personas. “Esta relación es el vínculo de apego y es la base de por qué los perros son tan exitosos a la hora de convivir con las personas”, apunta.

El apego, desde un punto de vista etológico, es un sistema comportamental que regula una relación afectiva entre dos individuos, en la que uno trata de mantenerse cerca del otro, al que necesita como referencia (base segura) para su correcto desarrollo. Es el sistema detrás de la relación materno-filial y que propicia que las crías se mantengan cerca de sus progenitores para obtener recursos y protección. El fin último de este sistema es la supervivencia de la especie.

Las conductas observables en las crías serían el contacto visual con los progenitores; el seguimiento; físico; el llanto cuando la figura de apego no está disponible, etc. En los progenitores se producen respuestas a esos comportamientos como, por ejemplo, acercarse tras el llanto. En este sentido, Pérez Fraga remarca que las situaciones medianamente estresantes activan el sistema de apego.

Asimismo, añade que, aunque las estructuras neurobiológicas responsables del apego están presentes desde el nacimiento del individuo se necesita tiempo y contacto para la formación del mismo.

El vínculo de apego tiene 5 características que fueron definidas por el psicólogo John Bowlby y que siguen vigentes hoy en día. Una de ellas es el efecto base segura, es decir, que, si el cuidador funciona como base segura, el individuo será capaz de explorar un ambiente nuevo sin signos de miedo y mirará a su base segura como referencia.

Otras de las características son que el individuo debe mostrar una clara preferencia hacia su cuidador en comparación con desconocidos; y el efecto refugio, que se produce cuando el individuo experimenta miedo y se acerca e incluso se esconde detrás de su figura de apego.

Las dos últimas características serían que deben producirse comportamientos de estrés durante la separación de su figura de apego; y que deben producirse comportamientos específicos durante la reunión con el cuidador (la importancia del saludo).

Estos criterios son ciertos para las relaciones materno-filiales. En ellas, la figura de apego tiene mayores capacidades físicas y cognitivas constituyendo lo que se conoce como una relación de apego asimétrica.

CARACTERÍSTICAS DEL APEGO PERRO-HUMANO

Así, Perez Fraga indica que, aunque entre perros y humanos se trata de una relación afectiva entre dos individuos adultos, sigue siendo asimétrica, ya que el humano tiene mayores capacidades cognitivas y regula el acceso a recursos del perro, y además las 5 características del apego están presentes. “Por ello el vínculo de apego de un perro adulto y su tutor es funcionalmente similar al apego entre una madre y sus hijos”, subraya la veterinaria.

“De hecho, las últimas investigaciones han mostrado que los centros que se activan en el cerebro de los perros cuando ven a su tutor son los mismos centros que se activan en los bebés humanos cuando ven a su madre, haciendo este fenómeno todavía más parecido”, explica.

La psicóloga Mary Ainsworth desarrolló el test de situación extraña para medir el apego. En él, un niño y su madre están en una habitación nueva en la que se suceden una serie de episodios prefijados: entra un desconocido; la madre deja al niño solo con el desconocido; el niño se queda solo; el desconocido regresa y más tarde la madre.

Al observar a los niños, pudieron describir con éxito todos los criterios de apego, por ejemplo, que los niños jugaban más en presencia de su madre, la saludaban de una manera especial y lloraban cuando se quedaban solos.

En el caso de los perros, se ha adaptado el test de situación extraña cambiando la figura del padre/madre por la del tutor pero con un orden de episodios muy parecidos, pudiendo demostrarse que los 5 criterios del apego también están presentes en la relación perro-tutor.

Así, cuando el tutor estaba presente, el perro exploraba la habitación (base segura); el perro prefería estar más cerca del tutor que de la persona extraña (preferencia de la figura de apego y efecto de refugio); cuando el tutor abandonaba la habitación, el perro mostraba signos de estrés; y en el reencuentro con el tutor manifestaba comportamientos especiales de saludo. Se comprobó así de una manera objetiva que el apego entre perros adultos y sus tutores es funcionalmente similar al de la madre y sus hijos.

TIPOS DE APEGO EN PERROS

Este test permite determinar también diferentes tipos de apego. Un vínculo de apego disfuncional puede propiciar la aparición de problemas psicológicos y comportamentales. En humanos hay varios tipos de apego, algunos de los cuales se han podido extrapolar a perros.

De esta forma, la veterinaria etóloga enumera las modalidades de apego. En este sentido, el apego seguro se da cuando individuos que muestran algún signo de estrés ante la separación en una situación extraña pero que al regreso del tutor lo saludan, se calman rápido y vuelven a jugar/explorar. Serían tutores que pasan tiempo de calidad con su perro, que lo acompañan cuando explora, y que son sensibles a sus necesidades, es decir, funcionan como base segura.

El apego ansioso, por otro lado, se da cuando los individuos están muy estresados en la separación, y al reencuentro con el tutor no se calman. Los tutores son inconsistentes, pueden premiar y castigar, están disponibles solo a veces sin ningún tipo de previsibilidad e inician pocas interacciones. Este tipo de apego puede estar presente en perros con problemas relacionados con la separación.

Por su parte, el apego evitativo se da en individuos sin signos de estrés en la separación y que no saludan al tutor en la reunión. En humanos, son padres fríos, que rechazan a su hijo. En perros puede suceder en relaciones basadas en la autoridad y no en la cooperación. Tutores que no entienden las necesidades de su perro.

Por último, puede aparecer el apego desorganizado, este es caótico, el individuo busca y rechaza. Hay muchos comportamientos de miedo y estrés. Se trata de individuos con experiencias tempranas dolorosas o traumáticas, puede corresponder a perros maltratados.

¿CÓMO LOGRAR UN APEGO SEGURO CON EL PERRO?

“Debemos comportarnos como una verdadera base segura y acompañar a nuestro perro en su exploración del mundo, estar presentes cuando se enfrenta a nuevos eventos y ser su refugio en situaciones que lo puedan asustar”, defiende la experta, quien señala que es necesario compartir tiempo de calidad juntos, en el que hay que intentar realizar actividades con nuestro perro que los dos disfrutemos.

Asimismo, apunta que el propietario debe comportarse de una manera previsible y consistente, ya que si no el perro no sabrá que esperar de él, pudiendo desarrollar problemas de frustración y ansiedad. “Hay que usar siempre técnicas de aprendizaje en positivo y evitar los castigos, que solo deteriorarán nuestro vínculo, y no funcionaremos como una base segura o refugio porque, ¿quién querría acercarse a un refugio que lo castiga?”, recomienda.

PECULIARIDADES DEL APEGO PERRO-HUMANO

La autora explica que el apego perro-humano es un vínculo que se forma entre perros adultos con su tutor y no debe confundirse con el apego de los cachorros a su madre. Es a partir de los 4 meses cuando los cachorros comienzan a forjar vínculo de apego con un humano, pero, aunque se necesita tiempo y contacto para que se forme el vínculo, este se desarrolla muy rápido y los perros son muy flexibles para formar nuevos apegos.

Con tan solo unas semanas de contacto positivo con un humano, el vínculo de apego formado puede cumplir las 5 características básicas. Esta flexibilidad ha permitido a los perros adaptarse al mundo de los humanos. Así, un mismo perro puede tener varios tutores durante su vida y formar vínculos de apego seguro con todos ellos.

“Además, vivir en una familiar humana favorece la formación de una red de apego en la que se generan figuras de apego secundarias. Tener varias figuras de apego es importante por si la primaria no se encuentra disponible”, enfatiza la veterinaria.

En este punto, apunta que un mal vínculo de apego puede ocasionar problemas de conducta. Por ejemplo, en muchos problemas relacionados con la separación, la existencia de apegos inseguros puede ser la base o propiciar que el problema se complique.

En problemas de este tipo, indica, se ven manejos inconsistentes del tutor, castigos y tutores no sensibles a las necesidades de sus perros. Asimismo, los apegos inseguros predisponen a los perros a padecer problemas de miedo o ansiedad generalizada, explica la veterinaria.

“A modo de resumen, podemos decir que el núcleo de nuestra relación con los perros es el vínculo de apego. Si actuamos en consecuencia, y hacemos del vínculo de apego el eje central de la convivencia con nuestro perro, propiciaremos la cooperación y la comunicación entre nosotros y tendremos menos problemas comportamentales. El vínculo de apego con nuestro perro es único, forjado a través de la evolución conjunta de dos especies muy distintas que son capaces de convivir en perfecta harmonía”, concluye Pérez Fraga.

martes, 7 de diciembre de 2021

Desmintiendo la teoría del "perro alfa"

Desmintiendo la teoría del "perro alfa"


Ejercer "dominio" sobre su perro es la forma incorrecta de construir una buena relación.

Por Pat Miller, CBCC-KA, CPDT-KA -Publicado:15 de noviembre de 2011

 

El mito alfa está en todas partes. Google "perro alfa" en Internet y obtiene más de 85 millones de visitas. En realidad. Si bien no todos los sitios tratan sobre dominar a su perro, existen literalmente millones de recursos (sitios web, libros, blogs, programas de televisión, veterinarios, entrenadores y profesionales del comportamiento) que le indican que use la fuerza y ​​la intimidación para dominar a su perro y someterlo. Dicen que tú, el humano, debes ser el alfa. Están todos mal. Cada uno de ellos.

 

El enfoque erróneo del comportamiento social canino conocido como teoría de la dominación (más de dos millones de visitas de Google) se basa en un estudio de lobos de zoológico cautivos realizado en las décadas de 1930 y 1940 por el conductista animal suizo Rudolph Schenkel, en el que el científico concluyó que los lobos en un zoológico la manada lucha para ganar el dominio, y el ganador es el lobo alfa.

 

El origen de la teoría del perro "alfa"

Las observaciones de Schenkel sobre el comportamiento de los lobos cautivos se extrapolaron erróneamente al comportamiento de los lobos salvajes y luego a los perros domésticos. Se postuló que los lobos estaban en constante competencia por un rango más alto en la jerarquía, y solo las acciones agresivas del macho y la hembra alfa mantenían a los contendientes bajo control. Otros conductistas que siguieron el ejemplo de Schenkel también estudiaron a los lobos cautivos y confirmaron sus hallazgos: los grupos de lobos no emparentados reunidos en entornos cautivos artificiales se involucran, de hecho, en luchas sociales a menudo violentas y sangrientas.

 

El problema es que ese no es el comportamiento normal de un lobo. Como dijo David Mech en la introducción a su estudio de los lobos salvajes (Mech, 2000), “El intento de aplicar información sobre el comportamiento de las asociaciones de lobos cautivos no emparentados a la estructura familiar de las manadas naturales ha resultado en una confusión considerable. Este enfoque es análogo a intentar hacer inferencias sobre la dinámica de la familia humana mediante el estudio de los seres humanos en los campos de refugiados. El concepto del lobo alfa como un 'perro superior' que gobierna a un grupo de compatriotas de edad similar (Schenkel 1947; Rabb et al. 1967; Fox 1971a; Zimen 1975, 1982; Lockwood 1979; van Hooff et al. 1987) es particularmente engañoso."

 

Lo que sabemos ahora, gracias a Mech y otros, es que en la naturaleza, una manada de lobos es una familia, que consta de una pareja apareada y su descendencia de los últimos uno a tres años. Ocasionalmente, dos o tres familias pueden agruparse. A medida que las crías maduran, se dispersan de la manada; los únicos miembros a largo plazo del grupo son la pareja reproductora. Por el contrario, en cautiverio, los lobos sin parentesco se ven obligados a vivir juntos durante muchos años, creando una tensión entre los adultos maduros que no ocurre en una manada natural y salvaje.

 

El entrenamiento basado en la dominación es una falta de respeto para su perro

Pero de todos modos eso se trata de lobos, no de perros. ¿Cómo sucedió que los dueños y entrenadores de perros comenzaron a pensar que toda esa información (y desinformación) sobre el comportamiento de los lobos tenía algo que ver con los perros y el comportamiento de los perros? La lógica era algo así como: “Los perros descienden de los lobos. Los lobos viven en manadas jerárquicas en las que el macho alfa agresivo gobierna a todos los demás. Por lo tanto, los humanos necesitan dominar a sus perros para que se comporten bien ".

 

Quizás el defensor más popular de la teoría del perro alfa, César Millán, es solo el último de una larga lista de entrenadores basados ​​en el dominio que abogan por técnicas contundentes como el rollo alfa. Gran parte de este estilo de entrenamiento tiene sus raíces en el ejército, lo que explica el énfasis en el castigo.

 

Ya en 1906, el coronel Konrad Most estaba usando técnicas de mano dura para entrenar perros en el ejército alemán, luego en la policía y perros de servicio. William Koehler se unió a él después del final de la Segunda Guerra Mundial.

 

Koehler también entrenó inicialmente perros para el ejército antes de su carrera de adiestramiento canino civil, y sus escritos defendían técnicas que incluían colgar y hacer que un perro se sometiera en helicóptero (en la inconsciencia, si era necesario). Por ejemplo, para evitar que un perro cavara, Koehler sugirió llenar el hoyo con agua y sumergir la cabeza del perro en el hoyo lleno de agua hasta que casi se ahogue.

 

Avance varios años hasta 1978 y el surgimiento de los Monjes de New Skete como el nuevo modelo de adiestramiento canino, afirmando una filosofía de que “la comprensión es la clave para la comunicación, la compasión y la comunión” con su perro. Suena genial, ¿no? Los Monjes se consideraban vanguardistas en ese momento, pero contrariamente a su imagen benévola, de hecho fueron responsables de la popularización generalizada del "Alpha-Wolf Roll-Over" (ahora abreviado como el rollo alfa). Al revisar las primeras observaciones de los lobos cautivos, los Monjes concluyeron que la tirada alfa es una herramienta útil para demostrar la autoridad de uno sobre un perro. Desafortunadamente, esta es una mala interpretación completa y absoluta del vuelco sumiso que ofrecen voluntariamente los perros menos asertivos, no comandados por la fuerza por los más fuertes.

 

Los Monjes también abogaron por el uso frecuente de otros castigos físicos, como la sacudida de la nuca (agarrar ambos lados de la cara del perro y sacudirla, levantando al perro del suelo) y esposar debajo de la barbilla del perro con la mano abierta varias veces, lo suficientemente fuerte como para hacer que el perro grite.

 

Si bien profesa que "entrenar perros se trata de construir una relación basada en el respeto, el amor y la comprensión", incluso su libro más reciente, Divine Canine: The Monks 'Way to a Happy, Obedient Dog (2007), todavía tiene mucho contenido obsoleto. , teoría de dominancia errónea. Inmediatamente después de su sugerencia de que “una mirada amable y gentil le dice al perro que es amada y aceptada”, dicen: “Pero es igualmente vital comunicar una reacción severa ante el mal comportamiento. Una mirada penetrante y sostenida a los ojos de un perro le dice quién está a cargo; establece la jerarquía adecuada de dominio entre la persona y la mascota ". (También es una excelente manera de provocar involuntariamente una fuerte respuesta agresiva si eliges al perro equivocado como sujeto para tu mirada penetrante y sostenida).

 

A pesar del fuerte surgimiento del entrenamiento basado en el refuerzo positivo en los últimos 20 años, los Monjes no parecen haber comprendido que la parte del "respeto" debe ir en ambos sentidos para una comunión verdaderamente compasiva con su perro. Quizás uno de estos días. . .

 

El nacimiento del entrenamiento de refuerzo positivo

Justo cuando parecía que el adiestramiento canino se había estancado por completo en el adiestramiento de la teoría de la dominación al estilo militar de principios de siglo, la entrenadora de mamíferos marinos Karen Pryor escribió su libro seminal, Don't Shoot the Dog . Publicado en 1985, este volumen pequeño y sin pretensiones fue concebido como un libro de autoayuda para el comportamiento humano. La autora nunca soñó que su modesto libro, junto con una pequeña caja de plástico que hacía un clic, lanzaría un cambio de paradigma masivo en el mundo del entrenamiento y el comportamiento de los perros. Pero lo hizo.

 

adiestramiento de perros policía

El avance fue lento hasta 1993, cuando el veterinario conductista Dr. Ian Dunbar fundó la Asociación de entrenadores de perros. La visión de Dunbar de un foro para la educación y la creación de redes de formadores se ha convertido en una organización que ahora cuenta con casi 6.000 miembros en todo el mundo. Si bien la membresía en la APDT no se limita a los capacitadores basados ​​en el refuerzo positivo, en sus principios rectores se incluye esta declaración:

 

"Promovemos el uso de métodos de capacitación basados ​​en recompensas, minimizando así el uso de técnicas aversivas".

 

El establecimiento de este foro facilitó la rápida difusión de información en el mundo del adiestramiento canino, reforzada por la creación de una lista de discusión en línea donde los miembros podían comparar notas y ofrecer apoyo para un enfoque de adiestramiento científico y amigable con los perros.

 

Las cosas estaban empezando a verse bastante prometedoras para nuestros perros. El mercado positivo creció literalmente con libros y videos de docenas de profesionales de la conducta y la capacitación de calidad, incluidos Jean Donaldson, la Dra. Patricia McConnell, la Dra. Karen Overall, Suzanne Hetts y otros. Con los avances en el adiestramiento positivo y una profesión de adiestramiento canino cada vez más educada que adopta la ciencia del comportamiento y el aprendizaje y transmite buena información a sus clientes, aparecieron métodos abusivos que causan dolor, como el rollo alfa, la sacudida de la nuca, el ahorcamiento, el ahogamiento y las esposas. ser encaminado por el camino de la paloma migratoria.

 

Un paso atrás para las técnicas de entrenamiento de refuerzo positivo

Luego, en el otoño de 2004, National Geographic Channel lanzó su programa que pronto será tremendamente popular, "The Dog Whisperer". La teoría del perro alfa volvió a estar de moda, con una venganza. Hoy en día, es probable que los seguidores del resurgimiento alfa atribuyan a la teoría del perro alfa todo, desde los errores de adiestramiento en la casa hasta saltar para contrarrestar el surf y todas las formas de agresión.

 

“Pero”, argumentarán algunos, “mire a todos los perros que han sido entrenados con éxito durante el siglo pasado utilizando el modelo de dominancia. Esos entrenadores no pueden estar del todo equivocados ".

 

De hecho, los métodos duros basados ​​en la fuerza (en lenguaje técnico, "castigo positivo") son una parte del condicionamiento operante y, como han demostrado las décadas, esos métodos pueden funcionar. Son especialmente buenos para detener los comportamientos: convencer a un perro de que no es seguro hacer nada a menos que se le indique que haga algo. Y sí, eso funciona con algunos perros. Con otros, no tanto.

 

Mi propia teoría personal y no científica es que las personalidades de los perros se encuentran en un continuo de muy suave a muy duro. Los métodos duros y anticuados de la teoría de la dominación pueden suprimir de manera efectiva los comportamientos sin consecuencias obvias (aunque siempre hay consecuencias conductuales) con los perros más cercanos al centro del continuo de la personalidad: aquellos que son lo suficientemente resistentes para resistir el castigo, pero no tan duros y asertivos que ellos luchan. Según la teoría del dominio, cuando un perro se defiende, debes luchar con más fuerza hasta que se someta, para poder afirmarte como el líder de la manada o alfa.

 

El problema es que a veces no se someten y el nivel de violencia aumenta. O se someten por el momento, pero pueden volver a estallar agresivamente la próxima vez que un humano les haga algo violento e inapropiado. Bajo el entrenamiento de la teoría de la dominación, esos perros a menudo se consideran incorregibles, no aptos para el trabajo para el que están siendo entrenados ni seguros como compañeros familiares, y condenados a muerte. Si nunca hubieran sido tratados de manera inapropiada, muchos podrían haber estado perfectamente bien.

 

En el extremo opuesto del espectro, un perro muy "blando" puede ser fácilmente dañado psicológicamente por una afirmación entusiasta e inapropiada de rango por parte de un entrenador de dominio de mano dura. Este perro se apaga rápidamente, temeroso y desconfiado de los humanos en su mundo que son impredeciblemente e injustamente violentos.

 

La mayoría de los entrenadores cruzados (aquellos que solían entrenar con métodos anticuados y ahora se enorgullecen de promover el entrenamiento basado en refuerzos positivos) le dirán que entrenaron con éxito a muchos perros a la antigua. Amaban a sus perros y sus perros los amaban a ellos.

 

Soy un entrenador de crossover y sé que eso es cierto. También me encantaría poder volver atrás y rehacer todo ese entrenamiento, poder tener una relación aún mejor con esos perros, darles una vida menos estresante, una llena de aún más alegría que la que compartimos. juntos.

 

No somos perros y nuestros perros lo saben

Finalmente, la presunción de que nuestros perros incluso considerarían a los humanos como miembros de su manada canina es simplemente ridícula. Saben lo increíblemente ineptos que somos, en su mayor parte, para leer y comprender las sutilezas del lenguaje corporal canino. Somos igualmente ineptos, si no más, en tratar de imitar esas sutilezas. Cualquier intento de nuestra parte de insertarnos de alguna manera en su estructura social y comunicarnos de manera significativa con ellos de esta manera está simplemente condenado al fracaso. Ya es hora de que dejemos de tratar de ser perros en una manada de perros y aceptemos que somos humanos coexistiendo con otra especie, y que tenemos más éxito al hacerlo cuando coexistimos pacíficamente.

 

El hecho es que los grupos sociales exitosos funcionan debido a la deferencia voluntaria, no a la dominación impuesta agresivamente. El objetivo de los rituales del lenguaje corporal social es evitar el conflicto y la confrontación, no causarlos. Observe cómo interactúa cualquier grupo de perros. Una y otra vez verás a los perros diferir unos de otros. Ni siquiera es siempre el mismo perro aplazando:

 

Perro B: Oye, realmente me gustaría ir primero. Perro A: "Por supuesto, sé mi invitado". El perro B pasa por el pasillo estrecho.

 

Perro A: "Realmente me gustaría tener ese hueso". Perro B: "Oh, claro, no tenía ganas de masticar en este momento de todos modos". El perro A se queda con el hueso.

 

Las jerarquías sociales existen en grupos de perros domesticados y en muchas otras especies, incluidos los humanos, y la jerarquía puede ser fluida. Como se describió anteriormente, un perro puede ser más asertivo en un encuentro y más deferente en el siguiente, dependiendo de lo que esté en juego y de qué tan fuerte se sienta cada perro sobre el resultado. Hay una gran cantidad de sutilezas sobre cómo funcionan esas jerarquías y cómo se comunican los miembros de un grupo social, en cualquier especie.

 

Hoy en día, los entrenadores educados son conscientes de que las interacciones canino-humano no están impulsadas por el rango social, sino más bien por el refuerzo. Las conductas que se refuerzan se repiten y fortalecen. Si su perro repite una conducta inapropiada, como hacer contraataques o sentarse en el sofá, no es porque esté tratando de dominar el mundo; es solo porque se ha visto reforzado al encontrar comida en el mostrador o al sentirse cómodo en el sofá. Es un carroñero y un oportunista, y los bienes están ahí para tomar. Averigüe cómo evitar que lo refuercen por los comportamientos que no desea, y refuércelo generosamente para los que usted hace, y estará bien encaminado para tener una relación de amor mutuo, respeto, comunicación y comunión. que todos queremos tener con nuestros perros.

 

Pat Miller, CBCC-KA, CPDT-KA, es la editora de formación de WDJ. Autora de numerosos libros sobre adiestramiento canino positivo, vive en Fairplay, Maryland, donde se encuentra su centro de adiestramiento Peaceable Paws, donde ofrece clases de adiestramiento canino y cursos para entrenadores.

 

sábado, 4 de diciembre de 2021

Cuánto tiempo debe estar un cachorro con su madre?

Cuánto tiempo debe estar un cachorro con su madre?

Separar demasiado pronto a un cachorro de su madre nunca es una buena idea. No solo no habrán sido destetados, sino que se les negará la presentación vital y la comprensión del mundo proporcionada por su madre. En la naturaleza, las madres rara vez dejan a sus cachorros separados de ellos. Por lo general, se separan en un momento en que el perro ha sido lo suficientemente nutrido física y cognitivamente para poder sobrevivir bien al medio ambiente. A nivel nacional, donde las amenazas de los depredadores son pocas y los recursos abundan, los cachorros solo pueden ser separados de sus madres por nosotros los humanos.

 

En este artículo damos respuesta a la pregunta de cuánto tiempo debe estar un cachorro con su madre y comentaremos las principales repercusiones de separarlos demasiado pronto.

 

¿A qué edad se puede separar a los cachorros de su madre?

¿A qué edad se puede separar a los cachorros de su madre?

¿Qué sucede cuando separamos a un cachorro de su madre demasiado pronto?

¿A qué edad se puede separar a los cachorros de su madre?

Cuando hablamos del momento adecuado para separar a un cachorro de su madre, primero debemos saber por qué es importante esperar. También debemos saber que existe un momento ideal para separar a un cachorro de su madre. Esto es para que el cachorro pueda realizar la transición correcta al entorno hogareño. Los dos factores más importantes son:

 

Destete

Una de las razones más importantes por las que un cachorro no puede separarse de su madre demasiado pronto es la alimentación. La leche materna para perros contiene exactamente la composición nutricional adecuada no solo para apoyar al cachorro, sino también para ayudarlo a desarrollarse adecuadamente. Esta leche se puede reproducir artificialmente, pero nunca tendrá la misma calidad que la fuente natural.

 

Socialización

Desarrollar un cachorro requiere más que satisfacer sus necesidades físicas. También deben satisfacerse sus necesidades psicológicas y emocionales para garantizar su salud y bienestar en la edad adulta. Aquí es donde la socialización de los perros juega un papel importante.

 

Desde el simple acto de amamantar, la madre comenzará a socializar a sus crías. Esta es una acción importante que muestra la reciprocidad del cachorro, pero también lo ayuda a comunicarse. Por ejemplo, cuando el cachorro llora, la madre lo atenderá. También los mantendrán a raya cuando se porten mal, algo muy importante para cuando se convive con humanos.

 

Aunque es posible que una madre dé a luz a un solo cachorro, es poco probable. La camada promedio suele ser de 5 a 8 cachorros, según la raza. Aunque la madre comienza el proceso de socialización cuidando a la camada, los hermanos de cada cachorro recién nacido juegan un papel importante en cómo interactuarán con el mundo.

 

Los cachorros aprenden inhibición de mordidas, comunicación básica, límites de comportamiento y muchas otras lecciones jugando con sus hermanos. Los perros son animales naturalmente sociales que quieren formar parte de una manada. Les ayuda a sentirse seguros y les da seguridad. Si no tienen estas experiencias, los cachorros podrían crecer inseguros.

 

¿A qué edad se puede separar a los cachorros de su madre?

El tiempo mínimo que un cachorro debe estar con su madre es de 6 semanas, período de tiempo después del cual el cachorro comienza a destetarse. Sin embargo, este es el mínimo indispensable. El tiempo mínimo ideal que el cachorro debe poder separarse de su madre es de 8 semanas. Aún así, muchos etólogos también afirman que el cachorro debe estar con su madre hasta las 12 semanas de edad.

 

Debemos señalar que cuanto más tiempo esté un cachorro con su madre, mejor será su desarrollo. Por tanto, es recomendable dejar al cachorro con su madre hasta aproximadamente los 3 meses de edad.

 

¿Qué sucede cuando separamos a un cachorro de su madre demasiado pronto?

Dado que quedarse con su madre es importante física y psicológicamente, es comprensible que las repercusiones negativas tengan un impacto tanto físico como psicológico. Los problemas físicos que probablemente sufrirán estos cachorros incluyen:

 

Disminucion del apetito.

Mala respuesta del sistema inmunológico.

Pérdida de peso.

Mayor riesgo de enfermedad.

Básicamente, cuando un cachorro se separa de su madre demasiado pronto, pondrá en riesgo su esperanza de vida. El cachorro no recibirá las mismas hormonas, enzimas, anticuerpos y otros importantes beneficios físicos de la leche materna. Esto significa que es posible que no se desarrolle tan bien mientras la leche materna provenga de un cuerpo en buen estado de salud.

 

Psicológica y emocionalmente, separar a un cachorro de su madre demasiado pronto tiene serios efectos perjudiciales. De hecho, es una de las razones más comunes por las que un cachorro desarrollará problemas de comportamiento en el futuro.

 

Dado que los cachorros aprenden a inhibir las mordeduras de su madre y hermanos, es probable que tengan problemas para morder si se extraen demasiado pronto. Es cierto que siempre es posible entrenar a un perro para que deje de morder, pero será muy difícil si no lo ha aprendido desde el principio. Esto significa que no cualquiera podrá cuidar de un perro así, lo que podría implicar la ayuda de profesionales y expertos.

 

El período sensible es el tiempo durante el cual el perro es más impresionable y vulnerable. Durante este tiempo, aprenden las habilidades y los límites explicados anteriormente, comenzando alrededor de las 3 semanas de edad y terminando alrededor de las 12 semanas. Si el cachorro se separa de su madre durante este tiempo, especialmente durante las primeras etapas, puede ser una experiencia muy traumática. Tal trauma puede resultar en:

 

Estrés / ansiedad.

Incontinencia.

Ansiedad de separación

Problemas para dormir

Agresión.

Miedo al caminar.

Posesividad.

Destructividad.

Desconfianza hacia los extraños.

Comportamiento difícil con otros perros.

Hay otros factores que pueden llevar a los perros a desarrollar problemas de comportamiento similares, pero se sabe que separarlos de sus madres durante el período sensible tiene un efecto perjudicial. Varios estudios afirman que la probabilidad de desarrollar los problemas de conducta anteriores es mucho más posible en perros separados demasiado pronto de su madre que en perros que han tenido un crecimiento y aprendizaje más prolongados con sus madres y hermanos.

 

El impacto de devolver una mascota al refugio despues de ser adoptado.

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